Comprometidos... y ahora qué?

La buena nueva se propagó rápido, por más que no lo publicamos en redes inmediatamente y nos debatíamos entre si hacerlo o esperar unos días, nuestra familia y amigos más cercanos ya lo sabían, además algunos amigos ya lo estaban comentando con más personas, por ese motivo decidimos que si todos se iban a enterar de nuestro compromiso que sea por nosotros mismos, los protagonistas, así que en la mañana del día siguiente a la propuesta, ambos publicamos una o dos fotografías con la noticia.

Como era de esperarse, los comentarios y reacciones nos llovieron, amigos, familiares, compañeros de trabajo, conocidos y no tan conocidos, todas esas personas que tienes en redes sociales, de alguna u otra manera, reaccionaron a nuestra publicación y con cada mensaje nos dábamos aún más cuenta que ya estábamos "jodidos", es decir, que ya estábamos en ésto y que mas no valía empezar a pensar en todo lo que se venía así que ... Y AHORA QUÉ? 🤷‍♀️🤷‍♂️

Era domingo 3 de febrero del 2019, nuestro primero aniversario de enamorados y nuestro primer día como novios o prometidos, se sentía algo diferente, a Freddy le gustaba llamarme novia y futura esposa, es más, despertar y escucharlo decir - "Buenos días mi futura esposa" - fue genial. Durante todo ese día, mientras aún estábamos en la playa, hablamos de lo que queríamos hacer, de una fecha probable, del local, de la iglesia, empezamos a soñar, pero también a medida que íbamos nombrando más cosas, nos íbamos dando cuenta que definitivamente no íbamos a hacer algo pequeño para nuestra boda, eran demasiadas personas a las que apreciamos mucho y con las que queríamos compartir ese día especial; créanme, si hubiéramos podido escoger sólo unas 50 personas en total entre ambos, hubiéramos estado felices, pero sólo con los parientes más cercanos de uno de nosotros ya excedíamos ese número, así que era imposible.

Estoy segura que todas podemos decir que aunque casarnos no estuviera en nuestros planes cercanos, bien sabemos o soñamos (a veces hasta pesadillas podemos tener) lo que queremos o esperamos para nuestra boda, es decir, no es que ya tengamos todo decidido, pero al menos el estilo, algún color o motivo tenemos, esto a diferencia de muchos hombres que ni idea tienen de lo que se necesita, ellos son más simples y bueno nosotras tenemos un sexto sentido para esto, como una cualidad o mejor dicho un don para pensar en todo, estresar a todos, desearlo todo, obsesionarse hasta por el mínimo detalle, sí un don  definitivamente, pero no uno divino, mas bien, uno que nos debe haber dado el diablo 😈. Igual nos sirve para estos momentos así que estoy aprendiendo a sacarle provecho.

Y bien al finalizar el día, teníamos claro el mes y año para la boda religiosa, julio 2020, casualmente año par y bisiesto, dicen que es buena suerte, pero eso significaba que tenemos año y medio para preparar todo, - "suficiente tiempo" - dijimos en ese instante (ahora veo que es el tiempo justo para tratar de hacerlo todo sin volverme loca mientras veo que los días vuelan). Nos faltaba definir el día exacto, la lista, decoración, comida, recuerdos, música, etc; ya sabíamos, mas bien yo ya había decidido el local y la iglesia, felizmente mi amorcito me quería complacer sabiendo que esos lugares que escogí eran importantes para mí por algo sentimental y porque me encantan (gracias a Dios a él también le encantaron).

Y acá mi 1era lección: ESTO ES UNA AVENTURA DE DOS; la etapa, el día central, los preparativos, las emociones, los gustos y posibles disgustos, todo es para vivirlo de a dos, en pareja, el novio, "nuestro" novio, es nuestro mejor amigo y si estamos preparando todo esto es porque la finalidad es celebrar el hecho de que pasaremos el resto de  nuestras vidas con él (o al menos eso queremos ahora, tal vez en el proceso queramos matarlo antes jajaja) así que permitámonos disfrutarlo juntos, hagámoslo partícipe de todo (bueno casi todo, en mi caso ésto no cuenta para la elección de vestido 🤭).

Así que ahora a los que nos toca... manos a la obra.

Comentarios